He sido testigo de que La Paz ha ido cambiado, como en otros lugares, a veces lento y a veces rápido, otras veces en pausa, como dando un respiro a todo el ajetreo de lo nuevo.
Serena y sencilla, aunque siempre hay mucho por hacer, conocer y descubrir. Pero eso sí, los básicos paceños nunca se deben dejar de hacer:
Recuerdo ir los domingos a desayunar tacos de pescado y camarón capeados, ir con los amigos a la isla del espíritu santo todo el día hasta llegar cansados del sol y de nadar, imperdible ir al malecón a caminar para ver el atardecer y capturar en una imagen esas tonalidades que te dejan sin aliento.
La mayoría de las cosas que gozamos en La Paz son esas cosas sencillas que nos da la naturaleza, que son el tesoro para los que nos visitan de otras ciudades con tráfico y cielo gris.
Cuando visito La Paz de vez en cuando me da gusto conocer nuevos lugares con personalidades únicas, sin perder la esencia de la Baja.
De igual manera estos cambios se manifiestan en los nuevos desarrollos inmobiliarios. Teniendo un extenso territorio por desarrollar ahora al norte de la ciudad.
Es ahí donde nos hemos encontrado con proyectos tan respetuosos con el medio ambiente de la Baja, en donde solo el proyecto de construcción abarcaba el 17 % de todo el terreno por desarrollar. Dejando los paisajes de cardones y el desierto tal y como estaba de origen.
La venta del predio El Paraje al norte de la ciudad de La Paz, tiene ese valor para los desarrolladores. Privado, extenso, con topografía diversa, montañas y con una hermosa vista al mar de cortez.
Desarrollador, tú puedes seguir haciendo de Baja California Sur, un lugar simplemente mágico y sorprendente.
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